
En Armstrong y Las Parejas, en el sur de Santa Fe, las fábricas de maquinaria agrícola son elementos identitarios de su población

Que las pequeñas y medianas empresas son las grandes generadoras de empleo en la Argentina es una verdad que nadie desconoce. Lo que no todos saben es que hay lugares del país donde su presencia tiene una fuerza aún mayor, extendiéndose mucho más allá del plano laboral. Las ciudades de Armstrong y Las Parejas son un ejemplo de ello. Aquí, en pleno corazón de la pampa húmeda, las pymes constituyen una verdadera identidad regional, que se palpa desde el momento mismo que se toma el desvío en la autopista Rosario Córdoba, a la altura del kilómetro 90.
El cartel que da la bienvenida a Armstrong la define como “el corazón agroindustrial del país” y en su avenida principal se muestra la estatua de un agricultor con el rudimentario arado de tracción a sangre. En Las Parejas, el visitante es informado que llega a “la capital nacional de la pyme agroindustrial”, al tiempo que un monumento en la vía pública homenajea al obrero metalmecánico. Sus calles exhiben agroindustria, casi que la transpiran.
En 2021, por la mejora de los precios internacionales de los cereales y ante la imposibilidad de acceder a los dólares, los productores se volcaron masivamente a la compra de maquinaria agrícola. La demanda, directamente, superó a la oferta. Las 147 fábricas de la zona no dieron abasto. Muchas agotaron su stock para lo que queda del año y tuvieron que incorporar dotaciones de personal. Por estos meses resultó casi imposible comprar un fierro con sello nacional para retirar el momento.
El último informe del Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI) le puso números al fenómeno: durante el primer semestre la producción de maquinarias en el país resultó un 124,5% superior a la registrada hace dos años. Para el gobierno, el sector es una de las banderas de la reactivación económica. El documento del CEP XXI dio cuenta del impacto en el empleo, planteando que en este período de bonanza se generaron 2200 nuevos puestos de trabajo, lo que representa un crecimiento del 4,5% respecto a 2019.

LÍDERES
Armstrong y Las Parejas son las localidades argentinas con mayor concentración de fábricas de maquinaria agrícola. Con 74 y 73 plantas, respectivamente, encabezan un ránking que a nivel de provincias lidera Santa Fe, con 533 empresas sobre un total de 1093. La composición de las firmas es mayoritariamente familiar: aún persiste aquí ese espíritu muchas veces extinto en las grandes ciudades.
Carlos Castellani es parte de lo que puede considerarse la vieja guardia del sector. Con más de 70 años sigue llevando las riendas de Apache, una emblemática fábrica de cosechadoras con asiento en el área industrial de Las Parejas. Después de un largo café, resumirá qué diferencia a las pymes de la zona de otras: “Existe el sentido de pertenencia. Cuando en la empresa hay un asado por el día del metalúrgico o un premio por determinado objetivo, la gente está involucrada. Quiere que le vaya bien a la empresa, porque al haber una sana competencia entre las fábricas, las fábricas también la sienten como de ellos”.
El “indio”, como lo conocen todos, es un hombre con larga trayectoria, no solo en el ámbito empresario sino también en el terreno político: fue diputado nacional y director del Banco Nación. No esconde su filiación partidaria, pero lleva los negocios a flor de piel. Por eso, cuando se lo consulta por una reflexión sobre cómo manejarse al frente de una pyme, asegura que “hay que compenetrarse y participar, porque si uno tiene un proyecto puede llevarlo adelante”.
El buen momento del sector envalentonó a Castellani a proyectar en grande. Con toda su producción comprometida hasta mayo, está delineando un plan que le permitirá duplicar la capacidad instalada para 2025, con una inversión de u$s 3 millones. “Queremos pasar de 160 máquinas que vamos a fabricar este año a 200 para el año próximo, y superar las 300 en 2025“, dice, para luego comentar que dicho objetivo se espera lograr “con diferentes acciones”. La firma construirá 6000 m2 en un terreno de una hectárea ubicado detrás de la actual nave, que ronda los 20.000 m2. Las obras iniciarán el año próximo e irán de la mano con el desarrollo de un nuevo producto. “Pensamos allí hacer una nueva zona de carga, más un espacio para el nuevo prototipo, y también un sector para tractores”, adelanta.
“El productor nos fue poniendo en movimiento. En estos 64 años hemos pasado malas y buenas, pero hoy se dan las tres condiciones para que la cosa ande bien: una buena cosecha, buenos precios internacionales y crédito”, cierra la charla el hombre, que a continuación tiene una reunión con un grupo de consultores que asesora a Apache para eficientizar sus procesos productivos.
CUESTIÓN DE SANGRE
La recorrida sigue a 20 kilómetros, en la planta de Industrias Erca, una compañía especializada en la fabricación de sembradoras y equipos de labranza. Fundada en 1977, hoy brinda trabajo a 110 personas y tiene a la hija de uno de los socios fundadores como gerenta general, Marcela Silvi. Ella es una voz muy buscada porque es de las pocas mujeres en el sector.
La gerenta de Erca prefiere evitar palabras grandilocuentes para hablar del presente del sector. “Aunque es un buen momento se reniega con muchas cosas también”, asegura, para a renglón seguido contar que “igual, prefiero vivirla, transpirarla, renegarla”. Este año la compañía completó un ciclo de inversiones que le permitió crecer más de un 50% en su superficie industrial: sumó 7.000 m2 a unos 12.000 m2 que venía manejando. Luego de cortar cintas, el equipo de Erca decidió que no había que detener el crecimiento e inició nuevas obras para sumar otros 2000 m2 destinados al autoabastecimiento de piezas para el inicio del ciclo productivo.
“Este año cierra muy parecido al año pasado. Si bien es un buen período, no hay que relajarse. Porque por más que haya buenas ventas también hay situaciones que se complican. Es importante mantener la cabeza siempre atenta y tener planes enfocados en el crecimiento constante”, reflexiona Silvi, nacida y criada en la zona, una característica que comparte con la gran mayoría de sus empleados.
FACTOR HUMANO
La constante demanda de mano de obra obligó a las empresas a involucrarse en la capacitación. Es que si bien hay una diferencia de escalas, a varias fábricas les pasó lo mismo que a Toyota en Zárate, cuando no encontró personal para ampliar su producción. “Hay lugares donde la capacidad no es suficiente y tienen que traer gente de localidades de los alrededores. Es algo que se repite, efectivamente. No solo en Santa Fe, también en otros lugares, como Córdoba”, dijo el titular de la Cámara Argentina Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma) Nestor Cestari, quien aseveró “nadie esperaba vender lo que se vendió, entonces este sacudón de ventas es difícil hacerle frente”.
A pocos metros de Industrias Erca se encuentra la planta de Crucianelli, otra de las emblemáticas del rubro e integrante de un grupo que emplea cerca de 400 personas. La compañía creó hace un tiempo la fundación Nazareno Crucianelli, a través de la cual genera capacitaciones que van desde cursos de procesos industriales hasta una diplomatura en Industria y tecnología de la maquinaria agrícola.
“Necesitamos mano de obra calificada. Como un complemento que da la educación formal, estamos haciendo un trabajo directo que tiene que ver con la capacitación, porque lo cierto es que hay más demanda que oferta”, resume Adrián Tittareli, gerente de finanzas del grupo, quien destaca que la fundación desarrolla cursos en alianza con centros educativos, como la Universidad Nacional de Rafaela.
Crucianelli es quizá uno de los símbolos más destacados del sector. En 2016 puso en marcha un plan que tenía como objetivo perforar el techo de 1000 sembradoras vendidas en un año, lo que finalmente logrará este año. “Nuestro objetivo es ser una compañía líder en sembradoras en América latina, no solo pensando en la Argentina sino también mirando al mundo más cariñosamente. Por eso es que debemos realizar tareas puertas adentro de la fábrica”, mencionó Tittareli, que ahora tiene la mira puesta en Brasil, donde avanza en la concreción de un joint venture para lograr la ambiciosa meta.
LUCES AMARILLAS
Así como el problema para conseguir recursos humanos despertó algunas acciones para que esas luces amarillas no se vuelven rojas, otro factor que asoma como riesgoso para el crecimiento tiene que ver con las dificultades en la provisión de insumos. No le pasa solo a a las grandes fábricas: hace un mes, el tuit de un joven ingeniero agrónomo bonaerense se viralizó y puso el tema en agenda. Debió hacer 150 kilómetros para reponer una goma de tractor: por el faltante de repuestos, solo consiguió unas viejas cubiertas usadas.
Como casi cualquier fenómeno, no se explica por un solo causal. El propio boom de la maquinaria agrícola es uno de ellos: las fábricas de agropartes no dan abasto y en muchos casos no lograron invertir para acompañar la alta demanda.
También jugó fuerte cierta dificultad en la provisión de insumos básicos (chapas y tubos, por ejemplo), que se sintió sobretodo a finales de 2020. Incluso debe sumarse algo de afuera.
Lo bueno es que a diferencia de otros momentos, los empresarios no reseñan desacoples en la habilitación de importaciones. “Todo lo que ha faltado lo hemos gestionando, y se van logrando los objetivos. Pueden ir más rápido o más lento, pero el gobierno está actuando bien en eso”, confirmó el titular de Cafma Nestor Cestari, quien dijo que “nadie quiere perderse ventas, entonces muchos te dicen que te pueden hacer tal trabajo en 30 días, pero resulta que te entregan en 60 o 90”.
“Después hay casos puntuales donde hubo una escasez a nivel mundial -señaló Ignacio Tanzi, al frente de la Asociación Santafesina de Industrias de Maquinaria Agrícola-. En el caso de los neumáticos, las fechas de entrega pasaron de 60 a 150 días. Otro tanto pasa con los componentes electrónicos, donde los plazos de abastecimiento se estiran más”.
Las dificultades en la provisión de insumos tienen su correlato por el lado contable. Los responsables financieros están pasando el peine fino a los balances, porque observan que los precios a los que vendieron las máquinas ya están muy lejos del de reposición, lo que resulta natural en una economía inflacionaria, pero se agrava aún más por la incertidumbre en las fechas. Como consecuencia, los márgenes en el estado de resultados terminarán siendo más ajustados que los previstos inicialmente.
LA FRUTILLA DEL POSTRE
Cestari y Tanzi son dos de los dirigentes empresarios que más empuje están haciendo para que de una vez por todas la Argentina avance con un proyecto que para el sector es clave. Se trata de la ley de Maquinaria agrícola, que definiría qué es un producto nacional, en función al porcentaje máximo de piezas importadas que puede tener un equipo. El texto -que ya fue presentado en el Congreso- define que “todo régimen fiscal, financiero y/o promocional del Gobierno Nacional a ser aplicado a la compra-venta de maquinaria agrícola con tasas y/o condiciones especiales deberá ser solamente aplicado a los productos nacionales”.
Según escribió la senadora santafesina María de los Ángeles Sacnun, la falta de una legislación concreta “le causa un enorme perjuicio” a las empresas nacionales, favoreciendo a las multinacionales. Desde el entorno de la legisladora indicaron que hay voluntad de empujar el proyecto. El texto cuenta con la firma de legisladores de peso en el sector kirchnerista, como Oscar Parrilli, Carlos Caserio y Anabel Fernández Sagasti. La semana anterior a las elecciones primarias Sergio Massa recibió a los representantes de Cafma para analizar el tema.
“UN QUILOMBO DE LABURO”
El buen presente de las grandes fábricas tiene su correlato en el resto del complejo agroindustrial. Es que no todo se hace puertas adentro de Apache, Crucianelli o Erca: muchos trabajos se tercerizan en talleres distribuidos en la zona. En la recorrida realizada por Las Parejas, por ejemplo, el titular de una pequeña planta de agropartes dijo que “tenemos un quilombo de laburo, si el día tuviese más horas trabajaríamos más horas”.
El área industrial de Las Parejas, por ejemplo, también vive una etapa de expansión. Este mes, un grupo de 22 empresas adquirieron 35 hectáreas para lanzar la cuarta etapa del parque, que ya supera las 130 hectáreas. “Todas son para hacer inversiones productivas. En ningún caso es para hacerse del suelo y especular con el valor para venderlo más adelante”, confirmaron desde la Municipalidad.
EL RÁNKING NACIONAL
Según la Fundación Mediterránea, en el país existen 1202 empresas especializadas en la fabricación de maquinarias y agropartes. La mayoría se concentran en las provincias de Santa Fe (44%), Córdoba (33%) y Buenos Aires (14%). En total, dan empleo directo a más de 26.000 personas, a los que se suman 3500 puestos en las redes comerciales y un número mayor en los servicios vinculados indirectamente.
A nivel de localidades, el ránking de las primeras diez lo encabezan Armstrong y Las Parejas (74 y 73 respectivamente), seguidas por San Francisco (Córdoba, 49 empresas), Marcos Juárez (Córdoba, 39), Córdoba (Córdoba, 38), Rosario (Santa Fe, 38), Venado Tuerto (Santa Fe, 37), Firmat (Santa Fe, 29), Las Varillas (Córdoba, 26) y Casilda (Santa Fe, 22).
Las posiciones cambian cuando se ordenan las localidades según la participación del sector en la generación de fuentes de trabajo. En este caso, Las Parejas salta al primer lugar, con 21,8% de la Población Economicamente Activa local trabajando en empresas de maquinaria: seguida por Armstrong (20,1%).